En el diseño de la sesión dedicada a la relación entre la ESS y el empleo, es importante no perder de vista los objetivos escogidos para los próximos Encuentros del Mont-Blanc. Se sitúan en la triple perspectiva de:

1. mostrar el potencial de la ESS para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible establecidos en la Agenda 2030 adoptada por todos los gobiernos en septiembre de 2015 en la ONU;
2. sensibilizar a los municipios sobre cómo la ESS puede ayudar a resolver muchos de los problemas que enfrentan;
3. contribuir a acelerar la internacionalización de la ESS.

Se trata de animar a los actores y socios de la ESS por un lado, y a los poderes públicos por otro, a fijarse objetivos y forjar alianzas para aprovechar las capacidades de la ESS para aportar soluciones concretas a nivel local, regional, nacional e internacional a toda una serie de problemas y desafíos que se presentan en un mundo en plena transformación – tecnológica, demográfica, ecológica, sanitaria, social y como sociedades. Los EMB 2022 tienen como objetivo desarrollar, para cada tema abordado, una hoja de ruta que pueda hacer crecer a la ESS en todos los continentes.

No se trata, pues, de un seminario académico, aunque sean necesarios ciertos análisis, sino de identificar lo que puede contribuir a multiplicar y fortalecer las dinámicas en cada lugar. Por eso, también se debe resaltar lo que cada empresa, organización, institución, político, individuo y comunidad puede ganar si decide participar.

En la gran mayoría de los países, la economía sigue dominada en gran medida por prácticas vinculadas a la lógica de la competencia, la generación de beneficios y la especulación. Sin embargo, en cada continente desde hace mucho tiempo hay empresas, individuos e instituciones quienes operan con éxito según otras lógicas que pueden agruparse bajo el nombre de “ESS”, anteponiendo a las personas, sus necesidades y su bienestar, así como el interés general, a la maximización del beneficio. Estas iniciativas han despertado un interés creciente por parte de las autoridades públicas de muchos países durante las últimas dos décadas, en particular por su fuerte impacto social y porque, en promedio, parecen ser más capaces de crear empleo que las empresas tradicionales.

La SSE incluso se mostró más resistente en tiempos de crisis económica brutal, como la crisis financiera de 2008 y los choques causados ​​por las medidas tomadas con respecto a la pandemia de Covid19. Además, la ESS está generalmente atenta al bienestar en el trabajo y, por lo tanto, tiende a generar empleos decentes. De ahí el interés que muestran por él un número creciente de gobiernos que le dotan de un marco legislativo que le permita prosperar. Dadas las raíces locales de la mayoría de las empresas y organizaciones de ESS, las autoridades locales también tienen mucho que ganar supervisando su desarrollo porque, por un lado, estas empresas y organizaciones proporcionan puestos de trabajo no reubicables y, por otro lado, concilian la economía, lo social y la ecología y así contribuyen a la cohesión social.

Por todas estas razones, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tiene como objetivo promover el “trabajo decente”, ha destacado en los últimos años las múltiples ventajas de las que todas las sociedades pueden beneficiarse al decidir promover activamente el crecimiento de la ESS. En 2021 el Consejo de administración de la OIT tuvo por primera vez una discusión general sobre el tema “El trabajo decente y la economía social y solidaria (ESS)”, y el 30 de Mazo 2022 la OIT ha publicado un informe sobre este tema. El 11 de junio de 2022, al término de sus dos semanas de trabajo, la Conferencia Internacional del Trabajo (máxima instancia decisoria de la OIT) adoptó una “resolución sobre el trabajo decente y la economía social y solidaria” que reconoce la fuerte contribución de la ESS a la creación de puestos de trabajo de calidad y anima a gobiernos, organizaciones empresariales y sindicatos a trabajar juntos para facilitar su crecimiento y consolidación.