La educación favorece la igualdad de derechos entre todas las personas, permite acceder al conocimiento, a la participación social y política y lograr el empoderamiento económico. A su vez, impacta de manera positiva vulnerabilidades referidas a la diversidad funcional, económica o social aumentando los potenciales de los seres humanos para responder a un mundo cambiante y contribuir a la transformación social para el bien común.
En sintonía con la necesidad de garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad en contextos de aprendizaje permanente a lo largo de la vida, los sistemas educativos del mundo están “repensando” la educación después de la crisis prolongada que ha generado la pandemia de la COVID 19 y nos encontramos frente a una oportunidad de reestructuración (CEPAL,2022). Se han identificado como temas prioritarios, la activación de nuevas ciudadanías, el fortalecimiento del carácter público de la educación, la promoción de la inclusión y equidad para el cierre de brechas, con especial énfasis en el uso intensivo de tecnologías digitales, el aportar al bienestar socioemocional de las comunidades educativas y el contribuir a la productividad, prosperidad y sostenibilidad a través de la investigación, la innovación y el desarrollo, entre otros temas. Por otro lado, se resalta que un gran número de trabajadores y profesionales buscan capacitarse y mejorar sus habilidades para adaptarse a las nuevas condiciones del trabajo y empleo que están surgiendo. En Latino América y el Caribe, por ejemplo, se estima que cerca de 300 millones de trabajadores requieren de este proceso de re-capacitación y mejoramiento (Observatorio TEC Monterrey, 2022) y en esa medida, desde diferentes escenarios, se está promoviendo la definición de políticas para asignar recursos e implementar desde las bases, planes que garanticen la educación continua, el desarrollo de ciudadanías plenas e interculturales para la resolución de problemas económicos, sociales y ambientales en los territorios.
Por lo anterior, las comunidades educativas buscan contribuir al debate y a la acción a partir de propuestas innovadoras para lograr la autonomía sanitaria, la inclusión digital y una economía que aporte soluciones para un consumo y producción más sostenibles en sintonía con la Agenda 2030, especialmente desde el ODS Nro. 4 que busca garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanentes para todos, lo cual es una condición transversal para el logro de la totalidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En comunicación reciente de la Unión de Universidades de América Latina, UDUAL (2022) enviada a la Conferencia Mundial de Educación Superior (WHEC2022) de la UNESCO, se señala la importancia de reconocer la educación como un bien público, y como la principal fuerza en la construcción de sociedades del conocimiento inclusivas y diversas. Se advierte a su vez, el riesgo de caer en reduccionismos que asocien la educación como proveedora exclusiva de capacidades asociadas al espacio productivo y se convoca a una educación superior que permita sostener vidas más ricas, capacidades ampliadas para diversos los proyectos vitales, que, a su vez, construya sociedades culturalmente más ricas, justas y equitativas a partir de la solidaridad y la colaboración.
En este contexto, los valores y principios que le dan fundamento a la economía social y solidaria en sus diferentes expresiones cobran vigencia, en tanto, se hace necesaria una ética de la solidaridad, de la cooperación, de la participación que permita a los ciudadanos la construcción de la “cultura Solidaria” para incidir en el modelo civilizatorio, en procura de una nueva sociedad que sea más equitativa, más democrática y justa. Los movimientos pioneros de las organizaciones de la ESS encontraron en la EDUCACIÓN-EN LA ACCIÓN el camino para lograr coherencia entre la declaración de principios y la vida cotidiana. Por tanto, la educación en las organizaciones solidarias debe plantearse como no solo como un proceso de conformación, desarrollo y perfeccionamiento del modelo empresarial, lo fundamental está en la capacidad de sus miembros para activar ciudadanías que les permitan dinamizar el vínculo que existe entre la solidaridad y el desarrollo para incidir en la transformación social y en el desarrollo de competencias para emprender solidariamente en los territorios con perspectiva global. Se trata de una educación solidaria desde las prácticas solidarias; así, la educación solidaria para la solidaridad hunde también sus raíces en las pedagogías emancipadoras o transformadoras y de esta manera va más allá de sus organizaciones, se excede lo educativo en un sentido solamente técnico y se proyecta hacia las prácticas políticas, culturales y pedagógicas en la sociedad ( Diaz, 2020; Fajardo, 2012)
En efecto, la educación en y para la economía social y solidaria tiene el potencial de contribuir a la creación de sistemas educativos más resilientes con capacidad de respuesta a las tensiones sociales y medio ambientales, a prevenir o mitigar conflictos y promover la paz en los territorios, pero se requiere de una mayor sinergia entre sus actores para extender el efecto a su propio sistema y conectar a su vez con el sistema educativo en general, de manera tal que aumente nuestra capacidad para aprender a convertirnos en ciudadanos que imaginan y construimos juntos condiciones para el logro del buen vivir, es decir la vida en plenitud, armonía y equilibrio con la naturaleza y en comunidad. Educar en y para la economía social y solidaria tiene un enorme potencial para encaminar el mundo hacia futuros más justos y sostenibles para todos y todas.
En esta dinámica es preciso recuperar el valor de la voz de los estudiantes para co construir propuestas que contribuyan al mejoramiento de la educación a partir de sus necesidades, expectativas e intereses de vinculación activa a la transformación de su entorno. Terrasi (2018) y Hernández, Pérez & Rua (2018); Alianza Cooperativa Internacional (2021), evidencian el interés de los jóvenes por la creación de sus propias empresas cooperativas, afrontar el desempleo y en general vivenciar la solidaridad que se requiere para construir una sociedad mejor. Aunque también manifiestan escepticismo frente a los impactos de la economía social y solidaria y cuestionan la calidad de sus experiencias educativas cuando la teoría no se enriquece con la práctica como también el apoyo brindado por los más expertos a sus nacientes emprendimientos.
En este sentido, en la mesa de trabajo EDUCACIÓN PARA LA ESS A LO LARGO DE LA VIDA: INSPIRACIÓN Y COMPROMISO promoveremos la participación de los jóvenes para implicarlos, inspirarlos e inspirarnos en conexión generacional, para proponer una ruta que nos conduzca a nuevos y mejores modelos de aprendizaje que demandan soluciones innovadoras, reconocimiento de caminos recorridos y procesos colaborativos a nivel global.
Identificar estrategias para favorecer la innovación educativa a partir de las buenas prácticas sustentadas en valores y principios afines a la economía social y solidaria mediante el encuentro de expertos actores, experiencias y la elaboración de propuestas.
Con estas premisas se ocurren algunas preguntas:
La metodología de la sesión sería híbrida.
Un trabajo previo virtual para conocer experiencias variadas, y una reflexión y generación de una dinámica participativa que conduzca a propuestas para la acción colectiva.
En el espacio presencial, la sesión se organizará con:
Alianza Cooperativa Internacional (2021). “Los jóvenes y las cooperativas: ¿una combinación perfecta?”. En:
Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL (2022). Innovación para el desarrollo: la clave para una recuperación transformadora en América Latina y el Caribe (LC/CCITIC.3/3/-*), Santiago de Chile. En: https://www.cepal.org/es/publicaciones/47544-innovacion-desarrollo-la-clave-recuperacion-transformadora-america-latina caribe?utm_source=CiviCRM&utm_medium=email&utm_campaign=20220111_novedades_editoriales_dic
Díaz, A. (2020). Justicia social, reconocimiento y solidaridad. Sobre la actualidad de la pedagogía de Paulo Freire. Revista del IICE, (48).http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/iice/article/view/10209/8921
Fajardo, M. A. (2012). Educación desde y para la solidaridad. Revista Cooperativismo y Desarrollo, 20(100), 206-223.
Hernández, I.; Pérez, C.; Rua, S. (2018) Intereses y perspectivas formativas en economía social y solidaria de los estudiantes universitarios. Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, 94, 91-121, DOI: 10.7203/CIRIEC-E.94.12782
Terrasi, E. (2018): Global study on youth entrepreneurship. With a Focus on Worker, Social and
Independent Producers’/Workers’ Cooperatives, CICOPA. Disponible en https://www.aciamericas.coop/IMG/pdf/cicopa_youthreport_2018.pdf.
Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey (2022). Avances y desafíos de la tecnología educativa en América Latina y el Caribe. En: https://observatorio.tec.mx/edu-news/edtech-en-latinoamerica
Unión De Universidades De América Latina Y El Caribe, UDUAL (2022) propuestas enviadas a la Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 (WHEC2022) UNESCO, Mayo 2022. S.P.