Por su condición de propiedad se distinguen tres (3) tipo de bienes que son: los Privados que son de propiedad particular, son restringidos en su uso y están dirigidos a generar beneficios privados y; todos aquellos bienes a los que pueden tener acceso sin restricciones todos los integrantes de la comunidad o la nación para la satisfacción de sus necesidades individuales y el bien común, que son Públicos cuando están gestionados o son propiedad del Estado y son Comunes cuando son gestionados o propiedad comunitaria o de forma asociativa.
Desde el punto de vista de la Economía Social Solidaria (ESS) estas dos (2) últimas categorías de bienes, son en gran medida, la base material fundamental sobre la que se asientan las posibilidades de sustentabilidad del bienestar común de los pueblos y de la naturaleza. Siendo así, la producción, conservación, reproducción y acumulación de los bienes públicos y comunes, debe ser un objetivo clave de la ESS, reduciendo de esta forma, la actual acumulación y concentración de riquezas en manos privadas, que ha llevado a que hoy el 1% de la población mundial más rica, concentre más del 60% de la riquezas mundial y obligue a que el 99% restante tenga que mal vivir con a penas el 40% del PIB mundial.
Con la publicación del libro “El Gobierno de los Bienes Comunes: Evolución de las Instituciones de Acción Colectivas” en 1990, por el cual a su autora, Elinor Ostrom, le fue otorgado el Premio Novel de Economía 2009, compartido con Oliver E. Williams, por su trabajo sobre gobierno de la empresa y la llamada economía de los costes de transacción, el tema de los Bienes Comunes pasa al debate público entre los economistas y académicos. Toma más relevancia por el hecho de que este evento se da en medio de la crisis económica mundial del 2008 y 2009; obligando a los intelectuales, académicos, los tanques de pensamiento y hacedores de políticas económicas del capitalismo, a buscar y debatir propuestas para tratar salir de la misma y salvar el sistema. No tuvieron más remedio que dejar atrás el mito de que los mercados desregulados son la mejor forma de organizar la economía y recurrir a los gobiernos para rescatar su economía, a través del refinanciamiento de las grandes financieras, aseguradoras y otras empresas privadas quebradas, con fondos y bienes públicos. Los/as trabajadores/as pagamos la crisis creada por los dueños del mundo.
Ya desde los años 90s el tema de los bienes comunes venía siendo de interés de muchos/as investigadores/as y académicos, es a partir del 2009 cuando toma mayor relevancia, surgiendo incluso movimientos sociales de los comunes, asociados a la defensa, conservación y reproducción de los bienes y servicios de la naturaleza.
Así se comienza a hablar de la diferenciación entre bienes Públicos propiedad del Estado, Privados propiedad individual y Comunes propiedad asociativa o comunal. Las características de los bienes comunes entre otras son: de propiedad y usos colectivos, son de acceso universal, tienen como fin últimos satisfacer necesidades equitativas para el bien común de la comunidad y la naturaleza.
Desde hace más de 40 años el capital en su expresión financiera dominante hoy, frente al capital productivo en crisis desde final de los años 60s, impone la filosofía y políticas económicas neoliberales y con ella la globalización financiera, pasando a la ofensiva de acumulación rápida de capitales, mediante la expropiación y expoliación de los bienes públicos acumulados por los Estados durante la época de preeminencia del capital productivo(agrarios, industrial, etc.), con los Estados de Bienestar y Desarrollistas.
A través de los programas de ajustes estructurales y privatizaciones de los bienes públicos, han garantizado el pago compulsivo de las obligaciones de las deudas externas de los países, así mismo, han utilizado la narrativa de que los Estados son ineficientes, derrochadores y deben ser reducidos a sus mínima expresión para evitar su intervención en la economía, con el fin supuesto de que el mercado con la “mano invisible” del capital privado, sea el motor del crecimiento económico sin limites. Con esta como verdad absoluta, han despojado a los pueblos de gran parte de los bienes públicos, compuestos por empresas y activos del Estado y mercantilizando los derechos humanos a la salud, a la educación, a los cuidados, al hábitat seguro y sano, al agua potable, a la energía, a la comunicación, a los conocimientos, a la justicia y a las infraestructuras de transporte, de riego, de generación hidroeléctrica, de las cárceles, entre otras.
No conforme con despojar de las riquezas de los pueblos en manos de los Estados, van detrás de los bienes Comunes mediante la expropiación, compuestos por: selvas y bosques, las cuencas hidrográficas, la biodiversidad, playas, mares, aguas dulces, ecosistemas, paisajes, minerales, suelos, conocimientos, informaciones, territorios, la ciencia, las tecnologías, las semillas y los germoplasmas, la cultura ancestrales y aborigen y de todos aquello que puede ser convertido en mercancía, incluyendo los cuerpo humanos, especialmente de niños, niñas y mujeres. Así como aquellos que están gestionados por las cooperativas, las comunidades ancestrales y pueblos originarios, las organizaciones económicas solidarias, los grupos de autoayuda y de gestión de bancos de pescas, pastizales, los ejidos, etc.
Estos procesos de privatización y despojos se han realizados y se realizan con el apoyo y financiamiento de las transnacionales y los gobiernos cómplices, no sin las resistencias, luchas y victorias de los pueblos: trabajadores, campesinos y originarios, así como, de los movimientos de las mujeres, los ecologistas, de la diversidad sexual, de la ESS, las etnias oprimidas, junto a gobiernos progresistas y populares que se oponen al neoliberalismo y ejecutan propuestas alternativas de economías y políticas fundamentadas en la soberanía popular sobre estos bienes y sus territorios para garantizar el bien común de su población.
Como ejemplo podemos tomar la región de Latinoamericana y del Caribe (LAC), cuya contradicción fundamental del momento histórico actual, se centra en la disputa por la apropiación y el control de los bienes públicos y comunes, entre la fuerzas del neoliberalismo económico y su conservadurismo de derecha con tendencia al fascismo y las fuerzas y gobiernos populares y progresistas, con propuestas de políticas económicas desarrollistas y de bienestar social, apoyadas por las luchas de los movimientos sociales, de las izquierdas, los progresistas y demócratas de esta región, aspirando a democratizar no solo la política, sino también la economía y el acceso a la cultura, superando las privaciones que sufre la población, que limitan el ejercicio de sus derechos y libertades plenas.
En este entorno desfavorable es que se genera, construye y se desarrolla la ESS como alternativa de organización de la economía centrada en el cuidado de la vida en el planeta y como tal, debe tomar partido participando en esta disputa, en alianzas con quienes, en todo el mundo, tienen los mismos objetivos económicos, sociales culturales y ambientales; transformar la sociedad con la implantación de emprendimientos, redes y circuitos económicos solidarios, que generan y sostengan relaciones sociales de producción intercambio, financiamiento y consumo, basadas en la cooperación entre los humanos y de estos con la naturaleza.
El movimiento de ESS en este sentido, requiere definir y promover sus propias propuestas alternativas de organización y gestión de los bienes comunes y públicos, para que sean el fundamento de una sociedad y planeta sostenibles, lo cual Incluye, entre otras acciones:
El desarrollo y articulación de todos los emprendimientos, redes y movimientos en su propio Circuito Económico Solidario, para que los valores, informaciones conocimientos y poder, se produzcan y reproduzcan, se intercambien y acumulan dentro de la ESS y no dejar que sean extraídos, expropiados y expoliados por el circuito económico capitalista como sucede ahora.
Diseñar y promover políticas publicas coherentes con los procesos de crecimiento de los flujos de valores, conocimientos, información y poder de la ESS y sus circuitos, a nivel local, nacional, regional y global.
Aliarse y luchar junto con los demás movimientos que luchan contra la megaminería, el extractivismo, la deuda externa, la colonización de los cuerpos de las mujeres y NNA, el patriarcado, las discriminaciones raciales y sexuales, la depredación de los ecosistemas, el trabajo esclavo y la flexibilización laboral, las Administradoras de Fondos de Pensiones y Riesgos de Salud (AFP y ARS), los Fideicomisos, las Alianzas Publico Privadas (APP) y otras modalidades de expoliación de los bienes públicos y comunes que promueven los gobiernos, como nuevos modelos de despojo.
Denunciar la complacencia y complicidades de las autoridades del Estado frente al desmantelamiento y socavamiento de la biodiversidad y los ecosistema naturales, haciéndose de la vista gorda y promoviendo agricultura intensiva y química, ganadería extensiva y la conducta empresarial depredadora de los ríos, mediante la extracción de arenas y gravas y el vertido de desechos sólidos y líquidos
➢ Avanzar en el debate y visibilización de los bienes públicos y comunes como base de superación de las limitaciones personales y colectivas para alcanzar la justicia social y ambiental y las libertades individuales y colectivas.
➢ Reflexionar sobre el estado actual de las disputas por el control y apropiación de los bienes públicos y comunes entre el capitalismo neoliberal y la ESS y los gobiernos progresistas.
➢ Contribuir a determinar la importancia que representan los bienes Públicos y Comunes para la sostenibilidad de la Economía Social Solidaria (ESS).
➢ Proponer vías y estrategias para que la ESS pueda conservar, producir, reproducir, liberar y acumular bienes comunes en sus circuitos de intercambios solidarios, durante los procesos de producción, distribución, comercialización, financiamiento y consumo.
Producción, conservación, reproducción y acumulación de los bienes públicos y comunes como fundamentos para la definición de políticas públicas de apoyo a la ESS para su desarrollo como alternativa de poder transformador sustentable.
La metodología de la sesión sería híbrida.
Aprovechamiento del entorno virtual antes del evento para presentaciones de participantes inscritos en el subtema, puesta en común de documentos, videos y otros formatos de experiencias inspiradoras, y posibilidad de tener un espacio de foro virtual (escrito) para lanzar algunas preguntas generadoras.
En el evento presencial, realizar presentaciones de 10 minutos con cada persona expositora, llegando a unos 40 o 50 minutos, para luego dejar espacio para preguntas, pero sobre todo propuestas y acuerdos. A cada persona expositora se le pedirá que sugiera propuestas de acción en su presentación